miércoles, 25 de febrero de 2015

Montoro y Monedero

Parecen los nombres de dos cómicos. O de dos figuras de los tebeos. Las aventuras de Montoro y Monedero. La verdad es que el ministro de hacienda parece físicamente a una figura de los tebeos. Una cara satánica y además esta voz que parece un poco al croar de las ranas. Una vez, cuando mi sobrina española de seis años quería ver los tebeos, puse un video de una rueda de prensa de Montoro. (aqui). Incluso cuando la aseguraba que esa criatura comía cada mañana veinte moscas negras de desayuno a ella no le gustó mucho. Cuando después ponía un video de Monedero, mi sobrina gritaba:. '¡No quiero Montoro Monedero, quiero Dora Exploradora!'

Para un guiri de cierta edad, que empieza a tener dificultades con los apellidos españoles, Montoro como ministro de hacienda era relativamente fácil de memorizar con la asociación: Montoro – money. Pues, grande era mi consternación cuando el apellido Monedero apareció tantas veces en las noticias. Todo esto causó que a veces dije Montoro cuando quería decir Monedero y al revés. Incluso dije a veces algo entre los dos, como Montodero. Todavía más que antes la gente alrededor de mi empezaba a dudar mis preferencias políticas. Pues, en España casi se debe pertenecer a cierto campo político. Es como en el fútbol; no se lo pueden imaginar que a mí me gusta ver Madrid-Barcelona solamente para ver un buen partido de fútbol, sin que me importe quién gana.

También Monedero resultaba tener algo que ver con money. De 425.000 euros de ingresos no había pagado impuestos, así se filtraba desde el ministerio de hacienda (vemos a Montoro en su oficina reír malignamente). ¿Cómo había ganado tanto dinero? El profesor de ciencias políticas asesoró a los gobiernos de Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Venezuela sobre su moneda común. ¿Qué moneda común?  Vale, vamos a decir que gracias a Monedero aquellos países no tienen moneda común, lo que seguramente vale casi un medio millón de euros; alguien con este apellido debe ser un especialista. Puede ser que mi tono cínico solamente es el fruto de mis celos. Al fin y al cabo también estudié ciencias políticas y lo más que gané en esta materia es un bocadillo de queso gratis durante una reunión larga cuando era voluntario para Amnistía International.

Para un partido político que está en favor de una política fiscal expansiva es bastante difícil explicar que uno de sus fundadores evita pagar impuestos. En un mitin de Podemos Monedero eligió el ataque como la mejor defensa. La deuda a haciendo había pagado justamente antes para evitar persecución, pero esto no le impedía de un discurso lleno de clichés revolucionarios e incluso un puño apretado, atacando a Montoro y la prensa que se atrevía escribir sobre el caso (aqui). Todo muy afuera del lugar para alguien que había probado ocultar ingresos adicionales tan grandes a hacienda. Lo más sorprendente es que tantos simpatizantes de Podemos parecen aceptar sus explicaciones con los argumentos tan conocidos: los otros son peores; es toda una conspiración; cerramos las filas.

Si Montoro y Monedero fueran personajes de una película, seguramente las reseñas en la prensa serían llenas de palabras como: sobreactuado, caricaturesco, exagerado. Por desgracia se trata de la amarga realidad. La película pudiera tener un final feliz con la aparición de un partido que considera corrupción y malversación en sus propias filas como algo peor que el mal comportamiento de los otros partidos. En el mundo real temo que políticos como Montoro y Monedero están para quedarse.


sábado, 7 de febrero de 2015

El Hospital Hazlo-tú-mismo

Unos días después del fallecimiento de mi suegro mi suegra se cayó y se rompió su cadera y muñeca. La desesperación era grande. Sobre todo por parte de mi suegra, desde luego: dolor, susto y abatimiento. Para nosotros su caída también tenía consecuencias. No había tiempo para superar la tristeza. Otra vez largas visitas al hospital. En su muñeca ponían una escayola y en su cadera un tornillo. Todo esto lo hacían en el Hospital del Bierzo, que es público. Después la trasladaron al Hospital de la Reina para la recuperación.

Al principio veíamos su traslado al Hospital de la Reina como una mejora. El Hospital está tan cerca que se puede andar y su más pequeña escala podría significar más atención personal. Se trata de un hospital privado y concertado con un perfil católico. Cuando nos dijeron que normalmente no admitieron a la familia pasar la noche en las habitaciones, di a escondidos un suspiro de alivio. ¡Por fin un hospital como dios manda! Pero los días siguientes tenía que bajar mi juicio. Quizás todavía más que el Hospital del Bierzo se puede llamar El Hospital de la Reina un hospital hazlo-tú-mismo.

En el desayuno a las 09.00, la comida a la 13.00, la merienda a las 17.00 y en la cena a las 20.00 tiene que venir un familiar para ayudar al paciente en abrir los embalajes de plástico, cortar la comida y dar las medicinas. Quizás si no viniera nadie, el personal lo haría, aunque no parecen tener mucho tiempo. Desde luego en cada cama hay un botón para llamar la ayuda del personal, pero no siempre reaccionan. El resultado es que ya varias veces hemos levantado nosotros mismos a mi suegra desde su silla de ruedas a su cama. Esto no sorprendía a nadie en el hospital mientras a mí me parece que levantar a una paciente recientemente operada a su cardera es algo que debe hacer gente cualificada.

Para familiares que trabajan, viven lejos o tienen niños no es posible pasar tanto tiempo en el hospital, desde luego. Por eso alrededor de los hospitales existe un mercado laboral de cuidadoras. Que yo sepa siempre son mujeres, muchas de ellas latinas. Ellas cobran para este trabajo un sueldito mínimo para sentarse al lado del paciente y ayudarles cuando es necesario. Una de ellas nos contó que una vez había pedido a alguien del hospital de ayudarla levantar un paciente a la cama. ‘¿Por qué tú no lo haces? Por eso te pagan ¿no?’ era la respuesta. El mundo al revés. La verdad es que la mayoría de los enfermeros y doctores es gente competente y amable, pero sufren de demasiada presión de trabajo por falta de personal. Será para bajar los costos. Quizás por la misma razón faltan las toallas, sean de papel o de tejido, en los baños.

Pues bien, las semanas que vienen vamos a pasar mucho tiempo leyendo revistas y periódicos en el calor de una habitación del hospital, mientras de vez en cuando miramos con anhelo a la puerta abierta si ya viene el carrito con la comida. Normalmente me toca a mí el turno del desayuno. Después siempre vamos de excursión; empujo a mi suegra en su silla de ruedas hacia la sala de recreación para mirar por las ventanas grandes como el invierno ha tomado posesión del paisaje berciano.