Lo que quizás más
echo de menos de mi anterior vida en Ámsterdam es moverme con la bici por la
ciudad. Si, desde luego dispongo de un MTB con la cual hago de vez en cuando excursiones
de extraordinaria belleza por los montes bercianos. Pero esto es hacer deporte.
Hace unas semanas fui con mi bici de visita a una familia en el pueblo Orbanajo
para tomar un café. El sudor goteaba de mi frente en mi taza. No pudo
inclinarme hacia atrás en mi silla por miedo de ensuciar el respaldo. Me era
claro que la bicicleta no era el medio de transporte más propio para ir de
visita a un pueblo en el monte.
Pero en la
ciudad es diferente. Ponferrada es pequeña, que significa que casa casi todo es
alcanzable a pie. Solamente hacia el oeste la ciudad se ha alargado y anexionó
diferentes pueblos. Allí también está Fuentes Nuevas, una vez un pueblo, ahora el
barrio de Ponferrada donde está el hospital. Al hospital viajaba a menudo los
últimos meses, lo que solía hacer con autobús. Es una conexión bastante bien,
casi todos los autobuses van al hospital, aunque a veces perdí el último bus
por lo que tenía que andar a casa. La MTB no utilicé porque me faltaba una
cerradura y me han asegurado que también en Ponferrada dejar un mountain bike
en la calle no es seguro. Porque me gusta tanto ir con bici, a veces alquilo
una.
Alquilar una
bici es gratis utilizando la Tarjeta Ciudadana. Se trata de bicis pequeñas sin
machas o cerradura. Las marchas no hacen falta en Ponferrada, vale, como mucho
si quieres subir al casco histórico. Si tienes mala suerte no es posible subir
la silla, por la cual un holandés de altura media llega con las rodillas encima
del manillar. Pues bien, no se trata de ganar ninguna competición de belleza,
se trata de llegar a algún sitio. Esto tampoco resulta fácil. Los puntos de
recogida y devolución de las bicis están distribuidos de manera ilógica. Si de
veras quieren promover el uso de estas bicis como medio de transporte se necesita
poner puntos cerca de la biblioteca, la universidad, el hospital, la estación
de Renfe, el ayuntamiento y el centro comercial. Sin embargo, la mayoría están demasiado cerca unos
de otros, con uno en el barrio (una vez pueblo) Cuatro Vientos, no demasiado
lejos del hospital. Esto utilizaba para cubrir al menos un parte de la
distancia entre casa y hospital.
Lo que también
llama la atención cuando se va con bici por Ponferrada es la extraña planificación
de los carriles. Ir con bici en la carretera puede resultar peligroso. Los
otros participantes del tráfico no están acostumbrados a bicis. Conducen rápido
en carreteras estrechas y después de aparcar abren las puertas del coche sin
mirar hacia atrás. Hay carriles para bicis pero parecen no ir a ningún sitio.
Uno va alrededor del amplio pabellón de deporte. Otros de pronto terminan en un
parque. Los carriles son para ir de bici por placer, no para ir al trabajo,
hacer compras, salir o ir de visita.
Pero quizás
todo cambiará. El Ayuntamiento quiere poner Ponferrada en el mapa como ciudad
de bicicletas. ¿La razón? El mundial de ciclismo, que tiene lugar en
septiembre. Parece que este evento genera expectativas altísimas, como si pudiera
sacar a Ponferrada de la crisis económica. Lo dudo, la verdad. Por casualidad me
enteré que en 2012 el mundial tuvo lugar en Holanda, en la provincia de Limburgo.
¿Quién en el mundo se daba cuenta de esto, con excepción de los habitantes de
esta región? Pues bien, quizás ahora se trabajará seriamente en hacer
Ponferrada más accesible para bicis. El alcalde ya está visto varias veces
sobre una bici, al menos cuando había fotógrafos de la prensa cerca. Es un
comienzo. En mi juventud (estamos hablando de los años setenta) participé en
algunas manifestaciones para demandar que el centro de Ámsterdam fuera libre de
coches. Esto nunca pasó. Pero quién sabe, quizás mi sueño juvenil se va a
cumplir. ¡¡Ponferrada, libre de coches!!
Izquierda: bici de alquiler
Abajo: alcalde en bici
Manifestación en Ámsterdam en los años 70