El humor es un
método probado de digerir noticias malas. En estos tiempos revueltos circula en
internet una abundancia de películas y fotos con subtítulos humorísticos sobre la
crisis y los casos de corrupción. Una de mis favoritas es una foto del
aterrizaje en Marte con el texto: Marte – aeropuerto de Castellón 1 – 0. Pero
hace poco recibí por email una película que me escandalizó un poco, lo que no
ocurre fácilmente. Se trata de una
parodia de los señores Rajoy y Montoro que vemos en un balcón gritando al
pueblo que redistribuyen el dinero muy eficazmente por robarlo de los pobres y
darlo a los ricos y corruptos. No está mal. Ya casi termina la película cuando
Rajoy apunta a la distancia y dice algo como: ‘Y allí viene Eurovegas’ después
de lo cual el pueblo canta y baila: ‘¡Señor judío, le recibimos con alegría!’ (La
peli se puede ver AQUI)
¿Por qué me
escandalizó esta canción? En mi opinión se puede bromear con casi todo y sobre
todo con personas que se toman demasiado en serio a si mismas. En esta
categoría también caen los creyentes, los nacionalistas o gente de cualquier otra
convicción. Es que yo no sabía que este Adelson, el hombre detrás de Eurovegas,
era judío. Entonces, ver a un grupo de personas cantar sobre un judío en un
programa satírico sobre la corrupción en España (dónde casi no hay judíos) era
para mí una sorpresa. Y aunque hubiera sabido que Adelson era judío, tampoco me habría gustado mucho la canción. Un
texto como ‘Bienvenido americano’ quizás pasaría inadvertido a mi atención.
Pero si Adelson fuera un negro, tampoco me hubiera gustado una canción como ‘bienvenido
negro.’ Y algo como: ‘bienvenido homosexual’ tampoco. La raza, religión o
preferencia sexual de Adelson no me parece de importancia en este asunto.
Vincular judíos a un negocio sucio es un prejuicio que ya oí
ventilar demasiadas veces en mi vida.
Puede ser que
acerca del tema del antisemitismo soy hipersensible. En la juventud de mis
padres los nazis deportaban y asesinaron a más que 100.000 de judíos de
Holanda. Esto generaba en Holanda y tantos otros países una vergüenza y un
sentido de culpabilidad. Aquí en España
la memoria de la segunda guerra mundial vive mucho menos, porque España era
oficialmente neutral. Las persecuciones de judíos en España por la inquisición
ya pertenecen a un tiempo tan remoto que hoy día no generan sentimientos de vergüenza
o remordimiento. Por eso aquí se habla
tranquilamente de ‘matar a un judío’ cuando se toma una limonada durante la
semana santa, lo que para un guiri holandés es algo increíble. También es en España
donde encontré por la primera vez en mi vida a personas que en serio negaban el
holocausto. Vale, por suerte, estas ideas también aquí son muy excepcionales. Otra cosa que me extrañaba bastante era que en
el Diario de León llamaban a un soldado que estaba con la División Azul en
Rusia un ‘héroe de guerra’. Había también bastantes voluntarios holandeses en
el frente del este combatiendo al lado de los alemanes, pero nunca llamaríamos
a aquellas personas ‘héroes de guerra’ sino más bien traidores, fascistas
o simplemente holandeses falsos. (El artículo se puede leer AQUI)
Lo sorprendente
es que los sentimientos de antisemitismo en España no solamente se pueden
encontrar en las filas de la extrema derecha, donde tienen su ámbito natural,
sino también entre gente que pretenden ser de la izquierda. En este caso la
solidaridad con los palestinos llega a confundir el estado Israel (o los
lobbies pro-israelí en los EEUU) con los judíos en general. Así hacen el mismo
error que los sionistas que ven en cualquier crítica a Israel una forma de
antisemitismo.
Una vez un
español me pregunto: ‘¿Y qué opinas tú de los judíos?’ Respondí un poco confuso:
‘¿Los judíos? ¿Todos? Ahora ya vivo en España desde más hace tres años, y ni
siquiera tengo una opinión sobre todos los españoles.’