viernes, 3 de diciembre de 2010

Sobre los catalanes y los castellanos

Es lunes, el 29 de noviembre. Estoy en un bar mirando la gran pantalla. Barcelona-Real Madrid. Los dos mejores equipos del mundo. El tiki-taka de Barcelona. La clase individual de Madrid. Hay lucha. Hay emoción. Se trata de algo más que de fútbol. Se trata de la rivalidad entre las dos más importantes ciudades de España. El sentimiento nacional de Cataluña que tanto tiempo estaba oprimido por la dictadura de Franco. El rencor de los madrileños contra el próspero y autocomplaciente Barcelona. Los catalanes opinan que están contribuyendo demasiado dinero al estado central de España. Esta actitud no hace crecer su popularidad entre los castellanos.

Hay controversias políticas. Hace poco Cataluña prohibió el toreo. Por los pobres animales, dicen los catalanes. No te burles de mí, es para putearnos, dicen los castellanos. La Plaza de toros de Barcelona era famosa. Haber matado en La Monumental un toro significaba mucho para un torero. Había mucho público. Sobre todo castellanos que vivían en Barcelona. El próspero Cataluña siempre había atraído mucha inmigración. Sobre todo desde el pobre Andalucía, donde el toreo es tan popular.

Ayer había elecciones en Cataluña. ¡Hablando sobre populismo! Para un video-clip el ex presidente de Barcelona había contratado a una actriz de porno que bailaba en ropa que no dejaba nada a la imaginación por los calles de Barcelona mientras cantaba con voz sensual que Laporta era un candidato muy apto. Los socialistas presentaban a una mujer que se corrió cuando deslizaba lentamente el billete en la ranura de la urna. El departamento local del PP tenía un anuncio en que la presidenta del partido aparecía en un video juego como una versión botox de Lara Croft para disparar a los inmigrantes ilegales. Y el CiU, el ganador de ayer, tenía un anuncio en el que alguien disfrazado con la bandera de España robaba carteras de los catalanes en la calle.

A mí me gusta Cataluña. Allí estaba la primera vez que visité España. Era en los ochenta. Nunca voy a olvidar el momento en que el tren llegó a Barcelona después de un largo viaje por Bélgica y Francia. Barcelona era maravillosa. Allí balbuceaba mis primeras palabras en castellano. Por lo menos, eso creía yo. Quizás era catalán. ¿Qué sabía yo? Cuando después viajaba por España y decía que había estado en Barcelona, muchas personas hacían un gesto de cerrar la boca con una cremallera imaginaria mientras decían: ´¿Los Catalanes? ¡Son muy cerrados!´ Los miraba asombrado. ¿Los catalanes cerrados? ¿Teresa? ¿Toni? ¿Vicky? ¿¿¿Carmen???

También aquí en El Bierzo a veces la gente habla con desprecio de los catalanes. ´No tengo nada en contra de ellos, pero cuando se dirigen a mí, tienen que hablar castellano y no catalán´, dicen. La verdad es que los catalanes aquí nunca te dirigen en catalán. Hablan catalán entre ellos, desde luego. En Cataluña mismo a veces se encuentra a alguien que rechaza hablar castellano. Idiotas fanáticos hay en todo el mundo. Los catalanes deben estar orgullosos de ser bilingües. Que quieren reprimir el castellano del sistema educativo en Cataluña es algo que no entiendo. Castellano es una lengua mundial. A mí me costaba mucho esfuerzo aprenderlo. Niños que crecen en un mundo bilingüe tienen una ventaja. Después aprenden más fácil cualquier otra lengua.

De pronto oigo abucheos y vítores. Barcelona ha marcado otro gol. Después de un pase cruzado de Messi a Villa. Seguramente no catalanes. Un argentino y un asturiano. Es la prueba una vez más. ¡Diversidad es fuerza!


Los videos de los partidos se puede ver con estos enlaces:
Laporta
PSC
PP
CiU